En Brasil a partir del siglo XVI fue escenario de una de las mayores violencias contra el pueblo. Más de dos millones de negros fueron traídos de África por los colonizadores portugueses, para que se tornaran esclavos en las labores de caña de azúcar. Tribus enteras fueron subyugadas y obligadas a cruzar el océano como animales en grandes navíos de negros. Pernambuco, Bahía y Río de Janeiro fueron los puertos finales de mayor parte de ese tráfico.
Del campo para la ciudad la capoeira ganó la malicia de los esclavos de "ganho" y de los frecuentadores de la zona portuaria. En la ciudad del Salvador, los capoeristas organizados en bandas provocaban alboroto en las fiestas populares y reforzaban el carácter marginal de la lucha. Durante décadas la capoeira fue prohibida en el Brasil. La liberación de su práctica se dio apenas en la década de 30, cuando una variación de la capoeira (más como disciplina deportiva que como manifestación cultural) fue presentada al entonces presidente, Getúlio Vargas. De allá para acá la Capoeira Angola se apropió en Bahía manteniendo una fidelidad ensus tradiciones, gracias, principalmente a su gran creador, Mestre Pastinha, que jugó capoeira hasta los 79 años, formando generaciones de angoleros.
Hoy sus discípulos organizados en la Asociación Brasilera de Capoeira Angola (ABCA), con sede en el Centro Histórico de Salvador, escriben nuevas páginas de esa noble arte.